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miércoles, 17 de junio de 2015

INCREIBLE| Mira este video, un hombre que vale la pena lo que hizo



Mira el video y te sorprenderas

Este hombre encontró una billetera en el suelo y fue de compras. Cuando el dueño lo confrontó, no se esperaba lo que sucedió Nunca hay que juzgar a una persona por su apariencia… Imagina vas caminando por la calle y ves una billetera en el suelo. En ella hay 100 dólares, tarjetas de crédito, una tarjeta para el metro y otras cosas de valor. Eso le pasó a este hombre. Su problema fue que no sabía que lo estaban grabando y que todo era parte de un experimento social:


 les dejo una reflexión para todos.


 ¿Cuántas veces juzgamos a las personas por su aspecto externo, por su apariencia y no nos molestamos en conocerlas? La apreciación externa no siempre es la correcta, lo que vemos de una persona es su vestuario, su peinado, su coche, su forma de hablar

 pero, ¿y su personalidad? ¿y sus sentimientos? Cuando conocemos a una persona por primera vez nos fijamos en su rostro, su ropa, su pelo y si no nos gusta, ¿dejamos de conocerla? ¿y si comparte nuestras aficiones? ¿y si nos resulta interesante lo que nos cuenta? ¿y si estamos delante de un nueva/o amiga/o y lo dejamos pasar? En nuestra mano está dedicar más tiempo a esa persona, darnos la oportunidad de conocerla y descubrir cómo es realmente. El verdadero valor de las personas se encuentra en el interior. Y no solo debemos aplicarlo a las personas, sino también a las distintas situaciones que se nos presentan en la vida, debemos valorarlas en profundidad y no solo en la superficie. Terminamos con este cuento zen: Unos ricos donantes invitaron a un banquete al Maestro Ikkyú. Éste llegó vestido con ropas de mendigante. El anfitrión, que no lo reconoció, lo hizo a un lado y le dijo: 

 -No podemos tenerte en el umbral. Esperamos en cualquier momento al famoso Maestro Ikkyú". El Maestro volvió a su casa, cambió sus ropas por el manto ceremonial y se presentó nuevamente. Fue recibido con respeto e introducido en la sala del banquete. Allí se quitó el manto, lo acomodó sobre el cojín que le habían reservado y dijo: -"Supongo que has invitado al manto, ya que a mí me echaste hace un momento".

 Luego se marchó. "No es la riqueza, ni los ancestros; sino una conducta honorable la que hace grandes a las personas." 

 Y por Ultimo: 

 El peor error que cualquier persona puede cometer es confiar en sí mismo y dejar de depender de Dios, Él quiere que confiemos en Él y no en nosotros, y es por eso que las adversidades son necesarias, porque son ellas las que nos llevan a aferrarnos a su amor. En la mayoría de las ocasiones son las dificultades las que nos permiten reconocer su poder sobrenatural, así que no te preocupes si las cosas no están tan bien, las apariencias engañan, cuando para nosotros las cosas van mal para Dios van muy bien porque Él sabe perfectamente a dónde vamos a llegar si no dejamos de confiar en Él.

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